23 jun 2008

Un saltamontes diferente

No hace mucho, en las grandes praderas del África, donde la hierva crece tan alto que cualquier insecto quiere tener un pequeño condominio en ella; existía una comunidad de saltamontes de la que era parte Jorge un joven que estudiaba derecho en la universidad de “hierva verde” la más prestigiosa de la pradera, Jorge era en extremo observador y paciente, le gustaba estar al tanto de su comunidad, por eso todas las mañanas leía el “brinca diario” para enterarse de todo lo que pasaba, y un día como todos en el que muy de mañana se dirigía a sus clases paso al puesto de la esquina a comprar su acostumbrado brinca diario y se sorprendió que el titular decía alarmantemente “cuidado con las grullas coronadas” la noticia era que durante el transcurso de ese día un grupo de grullas coronadas llegarían a sus pastizales a comer; Jorge sabia que una grulla coronada era un ave de largas patas que pisoteaba las casas de los insectos para comérselos; esto puso a Jorge y a toda la comunidad muy alterada sus amigos de la universidad estaban por demás irritados y asustados, Jorge por mas que trataba no lograba entablar con ellos una conversación que no tratara del miedo asía las grullas coronadas nadie pensaba en una solución. Jorge tenia una amiga que se llamaba Lucia, la cual lo volvía loco, para él ella era la saltamontes más bella de toda hierva verde, pero ella solo veía a Jorge como un amigo, pero ese día que el miedo corría por las venas de todos, Lucia al ver a Jorge en el pasillo de la escuela, lo tomo de una antena y lo jalo asía las escaleras, y le dijo mientras se sentaba en un escalón:

- Ven Jorge, necesito hablar contigo, siéntate a mi lado

- Que pasa Lucia, me asustas, nunca te había visto así, tan desesperada, impaciente, tan...

Lucia interrumpió a Jorge robándole un beso, el se quedo atónito no podía creer que su amor imposible lo hubiera besado ahora, sus sueños se hacían realidad, Lucia se había fijado en el pero por que, por que ahora.

- Perdóname Jorge.

- No, no hay por que pedir perdón, si me encanto tu beso.

- No Jorge no por el beso, perdóname por nunca haberte dicho que me gustas, casi desde que te conocí.

- Y por que no me lo habías dicho.

- Nose, nose pero ahora tengo tanto miedo de morir que no pude callarlo mas te quiero Jorge y siempre he deseado estar contigo.

- Yo a ti Lucia, Te quiero.

Jorge abrazo fuertemente a Lucia y sintió mucha rabia por que el mismo día que su amor se le declaraba seria el mismo día en que una parvada de grullas coronadas llegaría para comer saltamontes, por eso muy aparte de la impotencia que sintió, empezó a sacar coraje de muy adentro de su corazón e ideo un plan para no ser comidos por las grullas coronadas.

- No te preocupes Lucia, ya se como no moriremos.

Y mientras le explicaba su plan a Lucia, las largas patas de las grullas empezaban a pisotear todo el pueblo los saltamontes saltaban tratando de huir pero las grullas los atrapaban con sus picos en el aire, Jorge sabia que esa era la técnica que usaban las grullas para comer, así que cabo un agujero para esconderse ahí junto a Lucia pero fue tan poco el tiempo, que el hoyo no era lo suficientemente grande para que cupieran los dos así que dijo a Lucia:

- Quédate aquí, agachada, no salgas pase lo que pase solo sal hasta que yo venga por ti, o hasta que todo este tranquilo, me entiendes no te muevas.

- Te quiero Jorge - dijo ella entre sollozos.

Él le sonrió y se alejo de ahí, se metió entre unas hierbas muy apretadas y cerró los ojos suplicándole al cielo que todo pasara y que Lucia estuviera bien, y en eso escucho unas voces que decían:

- Eusebio, revisa ese montón de hiervas de allá no creo que todos los saltamontes ya hallan saltado.

- Muy bien - dijo Eusebio.

Jorge se dio cuenta que al montón de hierva al que se referían era ese que él había escogido como escondite, Jorge sintió pavor y ahora menos quiso abrir los ojos, el miedo le impedía moverse, se había quedado paralizado, en eso la grulla pisoteo la hierva tan fuerte que Jorge rebotaba entre ella, en eso todo se detuvo y escucho.

- Jefe tenia razón aquí hay un saltamontes, Mm. que delicioso.

La grulla se inclino y abrió su pico para comerse a Jorge cuando se quedo pensando y dijo:

- Pero, por que no se mueve este chapulín, si, si esta vivo, se me hace raro, si todos los saltamontes brincan luego lueguito, que pasara con este... ha ya sé, a mí se me hace, que esta envenenado y por eso quieren que me lo coma, pa’ que mi pancita se sienta mal, hay a de ser otra bromita pesada de Roberto, pinché pájaro flaco, pero va ver el desgraciado... aunque ya me había prometido que no me aria mas travesuras, no entonces esto es cosa de los chapulines es un venganza... hay creo que tengo nauseas, esto es una vil trampa, ha pero yo no voy a caer no señor si yo soy bien inteligente y que bueno que me di cuenta a tiempo por que si no ya estuviera yo hospitalizado si por que ese chapulín se ve muy sospechoso... hay y si ya me comí uno envenenado y no me di cuenta, hay dios mío necesito un laxante, amigos, amigos - empezó a gritar - esto es una trampa, son saltamontes envenenados, nos han engañado.

Al escuchar los gritos de Eusebio las demás grullas se asustaron tanto que decidieron irse lo más pronto posible de ahí y no volver más.

Jorge se sorprendió mucho con lo que había pasado, pero en cuanto se recupero del susto se dirigió a buscar a Lucia, y cuando llego ella lloraba desconsoladamente.

- Que pasa Lucia.

- Jorge - grito ella abrazándolo - creí que no volverías, creí que te había perdido.

- No te preocupes amor estamos juntos y estamos bien solo por ser diferentes...

FIN

Podcast "La pequeña soñadora"

Mitos sobre la luna y Jaime Sabines "Imaginantes"

Se podra???